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¿Cómo se crea el dinero?

Economía monetaria para personas de a pie, parte II

En momentos de apuro económico, muchos hemos soñado con la existencia de un árbol mágico del que recoger dinero para cubrir nuestros gastos. De poco consuelo nos sirve esta fantasía. Todos sabemos que no existe tal cosa como una fuente de dinero inagotable… ¿O eso creemos? En la economía moderna, los bancos comerciales pueden crear dinero de la nada, a base de teclear dígitos en un ordenador. El objetivo de este artículo es describir el proceso a través del cual los bancos crean y destruyen dinero en la actualidad. Esto nos ayudará a percibir el sistema monetario de forma realista, y a entender la influencia que ejercen los bancos comerciales sobre la acumulación de deuda privada, un proceso que, de no regularse debidamente, está avocado al impago.

En el artículo ¿Qué es el dinero?, se sentaron las bases conceptuales del sistema monetario moderno. En concreto, se definió el dinero como una forma de deuda, argumentando que el crédito de alguien siempre se corresponde con la deuda de otros. Además, se describieron los tres principales tipos de dinero en la actualidad. El dinero en efectivo, usado por los hogares para consumo, y las reservas del banco central (Reservas BC), utilizadas para saldar deudas entre bancos comerciales, son deuda emitida por el banco central. Una tercera clase de dinero son los depósitos bancarios, que componen alrededor del 97% del dinero disponible para la compra de bienes y servicios.[1]

Cuando una persona pide un préstamo a un banco, este no se lo concede a través de monedas y billetes. Por el contrario, el banco crea un depósito bancario equivalente al préstamo en la cuenta del cliente, introduciendo nuevo dinero en la economía. Esta operación se realiza tecleando un número en el sistema informático del banco. Desde el punto de vista contable, un depósito bancario representa una obligación financiera del banco con su cliente, de tal forma que el conjunto de los depósitos emitidos por un banco comercial son simplemente un registro de la deuda total del banco con sus clientes. Así como conceder un préstamo bancario crea dinero nuevo, el dinero desaparece de la economía cuando el cliente devuelve su deuda. En este sentido, los bancos comerciales están interesados en crear crédito constantemente para contrarrestar el pago de deudas existentes.

La capacidad de los bancos comerciales para incrementar la cantidad de dinero en el circuito monetario les otorga una influencia significativa sobre la economía. De hecho, la cantidad de dinero creada por los bancos no depende de los mecanismos regulatorios, si no de la confianza de los bancos en cada momento.[2] En tiempos de bonanza, los bancos tienden a crear más dinero a través de préstamos. Cuando la amenaza de impago se extiende a través del sistema bancario, el número de préstamos disminuye y con él, la creación de nuevo dinero. Según esta narrativa, los bancos comerciales son más propensos a endeudarse cuando reina la confianza. Precisamente, este fue el caso previo a la crisis financiera de 2007-08, en la cual los bancos de Estados Unidos y gran parte de Europa se endeudaron severamente concediendo créditos hipotecarios. El boom inmobiliario en estos países infló el precio de la vivienda más allá de su valor real; situación que los bancos vieron como una oportunidad de negocio. En los años previos a la crisis, los bancos concedieron números récord de préstamos hipotecarios a las familias, muchas de las cuales no podían afrontar este gasto. Con el tiempo, los hogares no tuvieron más remedio que proceder al impago de sus deudas hipotecarias, extendiéndose el riesgo de insolvencia a través de sistemas bancarios de países enteros.

Veamos cómo la extensión de préstamos por parte de los bancos comerciales afecta la hoja de balance de una economía hipotética formada por tres grupos: 1) banco central, 2) sector de bancos comerciales, y 3) conjunto de hogares.[3] El cuadro a continuación muestra los balances de cada grupo antes y después del préstamo. Los hogares deciden pedir préstamos por valor de 100 a los bancos comerciales, que introducen nuevos depósitos por valor de 100 en la cuenta de los hogares. Estos nuevos depósitos pueden ser utilizados para la compra de bienes y servicios, por lo que aparecen en la columna de crédito de los hogares. Para los bancos comerciales, los depósitos suponen una deuda, por lo que aparecen en su columna de débito.

La operación no termina así; además de los nuevos depósitos, los bancos han creado nuevos préstamos por valor de 100, que los hogares deberán pagar en el futuro con un 5% de interés. De este modo, la deuda de los hogares ha incrementado en 105, como así lo indica su columna de débito. Para los bancos comerciales, los nuevos préstamos suponen dinero del que dispondrán en el futuro, por lo que se incluyen en su columna de crédito. Cuando la deuda de los hogares se haya saldado, el dinero creado a través del préstamo habrá desaparecido del circuito monetario.

Una vez descrita la operación, podemos analizar el balance de la economía sustrayendo el valor del débito al valor del crédito. Empezando por el banco central, su hoja de balance se ha mantenido intacta durante este proceso y el valor de su crédito es igual al valor de su débito. Por otro lado, si comparamos el crédito y el débito de los bancos comerciales, su balance después del préstamo es de +5, por lo que este sector se ve beneficiado. De forma similar, el balance de los hogares equivale a -5, por lo que el balance del conjunto de la economía es de 0. A pesar de este equilibrio, la economía ha cambiado como resultado del préstamo; después de la operación, los hogares cuentan con dinero adicional para consumo, aunque su deuda se ha visto incrementada. En este sentido, el crédito del sector bancario depende de la solvencia de los hogares para devolver la deuda en el futuro.

El proceso de concesión de préstamos bancarios se puede describir como un intercambio de deuda entre el sector privado y los bancos comerciales. Durante este proceso el banco central se limita a observar ­—los bancos comerciales pueden crear depósitos sin la necesidad de reservas BC o efectivo adicionales, por lo que el papel del banco central en la creación de crédito es de supervisión en circunstancias normales— La autonomía con la que los bancos comerciales operan tiene importantes consecuencias para la economía. A través de su capacidad para incrementar la cantidad de dinero en circulación, los bancos incrementan el nivel de deuda en el sistema.

Es importante recordar que los bancos comerciales son empresas con fines lucrativos, por lo que su objetivo principal no es otro que maximizar sus beneficios. En determinadas situaciones, el beneficio de una operación tiene más peso en la decisión de los bancos que el riesgo de impago al que se exponen con dicha operación. Además, cuando los bancos asumen riesgo en exceso, están exponiendo al resto de la economía al impago, ya que son responsables de la gran mayoría de dinero en circulación en forma de depósitos bancarios.

En este artículo, hemos aprendido que los bancos comerciales tienen la capacidad de incrementar la cantidad de dinero en la economía a través de la concesión de préstamos. Así pues, ¿Hay restricciones a la creación de dinero? ¿Existen instrumentos para controlar el nivel de deuda en la economía? El siguiente artículo de la serie, ¿Cómo se regula la creación de dinero?, tiene la intención de responder a estas preguntas, analizando la efectividad de los mecanismos regulatorios que supervisan la creación de crédito.


[1] Josh Ryan-Collins, Tony Greenham, Richard Werner, y Andrew Jackson (2012). “Where does Money Come From?” The New Economics Foundation, Londres.

[2] Ibíd.

[3] Este ejemplo está basado en Michael McLeay, Amar Radia, y Ryland Thomas (2014). “Money Creation in the Modern Economy” The bank of England Quarterly Bulletin.

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